Diario de Teruel / Leonor Franco
El objetivo es aprovechar los residuos forestales que se acumulan en los montes de los 23 pueblos de la comarca
Los veintitrés pueblos que integran la Comunidad de Albarracín buscan apoyos financiero para hacer realidad el proyecto de instalación de tres pequeñas plantas de biomasa, que utilizaría los residuos generados en los montes para su transformación en pelets y astillas.
El tesorero de la Comunidad de Albarracín y presidente de la Comarca, Benito Lacasa, señaló que el proyecto ha sido enviado a diferentes instituciones para recabar subvenciones. El documento se ha presentado como experiencia piloto ante el Ministerio de Medio Ambiente, con el objetivo de obtener el impulso necesario para poner en marcha las plantas. Lacasa explicó, no obstante, que si no es por esta vía, la intervención se podría acoger a las ayudas establecidas en la ley de desarrollo local. «Estamos decididos a sacar adelante la iniciativa, y, además, estamos convencidos de sus beneficios», subrayaba Lacasa.
Según un estudio de viabilidad realizado por encargo de la Comunidad, la inversión para la construcción de tres pequeñas plantas estaría en torno a un millón de euros. Se barajan los términos municipales de Frías, Bezas y Noguera como los lugares más adecuados para la ubicación de estas instalaciones. La mayor presencia de residuos forestales y el hecho de que estas localidades se encuentren en en los núcleos centrales de la sierra han inclinado la balanza a favor de estos pueblos.
Salvadas las diferencias que surgieron al principio entre algunos ayuntamientos de la comarca, el proyecto tiene ahora más posibilidades de hacerse realidad que en sus inicios, hace ya un año. De hecho, el pleno de la Comunidad ya dio el visto bueno a la iniciativa hace unos dos meses.
Benito Lacasa sostiene que las ventajas del mismo no pueden dejar indiferente a nadie. Agregó que las plantas resolverán el grave problema que se plantea en los montes por la escasez de tratamientos silvícolas y como consecuencia por la acumulación de residuos forestales procedentes de las talas de madera, matorrales y ramas secas. «»Es una forma de prevención contra los incendios, y nuestros montes son ahora un auténtico polvorín por la falta de mantenimiento», manifestó el presidente de la Comarca de la Sierra de Albarracín.
Los alcaldes consideran, asimismo, que la riqueza generada mediante las plantas repercutirá directamente en las poblaciones.
Diez puestos de trabajo
La iniciativa consiste en la instalación de las tres plantas en un área dispersa con objeto de abaratar costes. «Decidimos zonificar el espacio y crear tres instalaciones en lugar de una para estar más cerca de la materia prima. Hay que tener en cuenta que la extracción y el transporte de los residuos es lo más costoso».
En principio se generarían diez puestos de trabajo, una plantilla importante para una comarca con una fuerte regresión demográfica y con escasas salidas laborales.
Las plantas, que se dedicarán a la gestión de biomasa para su transformación en pelets y astillas destinadas a las calefacciones, se han concebido con la idea de ampliarlas en un futuro, «si se requiere más producción porque se dispara la demanda», explicaba Benito Lacasa.
La viabilidad del proyecto está asegurada, según lo revelan distintas experiencias con las que representantes de la Comunidad de Albarracín han tomado contacto a través de un viaje que se realizó a Cataluña. En la Sierra de Albarracín no descartan en un futuro utilizar la biomasa para la creación de una planta de cogeneración. Es, no obstante, una actuación que se contempla a muy largo plazo.
«Lo que resulta imprescindible -agregó Benito Lacasa- es tener limpios los montes, como una forma de prevenir incendios, y si además aprovechamos unos recursos naturales para lograr un mayor ahorro energético, mejor que mejor». Los alcaldes afirman que la eliminación de los residuos forestales que se acumulan en los bosques es una tarea que requiere unos costes muy elevados.