Rutas nostálgicas

Cerraos del Escorial, Collao de la Majarraña, Prao de Pesebres, Hoya Martínez, El Morrón, Los Llanos, Las Sabinas Negrales, Los Callejones, El Alto el Cortao, El Collao de la Balsilla, Los Cerraos de Calixto, pieza El Cociero, las Fuentecillas, El Alto la Ceja, Las Cerradas del Tio Tiburcio y de José El Tuerto, El Collao del Molino y Covatorres.

Todos estos nombres autóctonos a veces sin un claro referente, otras como aviso de lo que por allí nos podemos encontrar, a veces con la utilización personalizada de los apodos de los propietarios de las piezas, cerradas o bancales, los encontramos en uno de los recorridos y tenemos diez, de ahí su alto valor como patrimonio inmaterial.

Bezas, Serranía de Albarracín

Custodiando la entrada a la Sierra de Albarracín, tenemos el Alto la Mata o Sierra Carbonera con sus 1537 metros de altitud que se levanta sobre el valle del Guadalaviar; una de las mejores vistas de la zona junto con la Peña la Cruz.

Punto de inflexión de los términos de Albarracín, Gea y Bezas, se puede acceder a la cima con vehículo por la carretera de Gea, si bien desde Bezas tenemos una agradable caminata toda ella entre pinos rodeno.

El recorrido, siempre en ascensión entraña una notable dificultad en su tramo final. Se hace por caminos forestales y sendas en su mayor parte; el último trecho lo haremos monte a través. No es difícil encontrar o al menos escuchar, por estos parajes algún jabalí u otros animales de la variada fauna que puebla la zona. Evitar todo tipo de fuego, y llevar agua. La duración será de unas 4 horas.

Itinerario:

Por las eras del Collao de La Era, tomamos el camino forestal que va hacia Albarracín/Gea, el cementerio viejo y el descenso hacia los callejones se nos quedarán a la derecha. Desviándonos en Covatorres donde se distinguen antiguas excavaciones mineras, tomamos el GR-10 y PR-1, el cual seguiremos buena parte del recorrido. De ladera, pasamos por Las Fuentecillas y los Cerraos del Escorial que dejamos a la derecha, hace años se podían ver algunos de estos campos sembrados de guijas, con cuya harina se harían después los puches. Las impresionantes piedras de arenisca rojizas contrastan con el verdor del pinar que en ocasiones las parasita, pues, naciendo entre cualquiera de los resquicios de las piedras nos encontramos a los inmensos pinos resinados. Rodeados de pinos rodeno, carrascas, rebollo y monte bajo, brezo, gayuba y estepas en su mayoría también conocidas como jaras, plantas leñosas y austeras que sin embargo en primavera alcanza una gran belleza; por algo es conocida como la rosa de monte, llegamos al Collao de La Majarraña y sin dejar la senda, al Collao de Hoya Martínez, bifurcación que a la derecha nos llevaría a Las Ramblas, a la izquierda al Collao El Prao de Pesebres y de frente subimos por el carril al Vago la Ventana donde finaliza; a partir de este punto, monte a través por la cima del puntalico aledaño, llegamos al alto de la cumbre de Sierra Carbonera.

El panorama que divisaremos desde la cima, habrá valido el esfuerzo. Punto de control de incendios, se ubicó una torre desde la cual los más avezados, pueden ascender otros 27 metros y tener una extraordinaria vista. Desde los macizos montañosos de la Sierra de Albarracín, el paisaje protegido de los Pinares de Rodeno con sus inmensas formaciones de piedra arenisca, -la Peña los Cuernos entre otras-, la Hoya de Teruel, el Alto Jiloca así como las sierras de Gúdar y Javalambre; veremos los meandros del Embalse del Arquillo, y buena parte del término de Bezas.

Si hemos sido previsores, es un momento inmejorable para tomar nuevas fuerzas con una nutrida merienda y un buen trago de vino -preferentemente en bota-.

La vuelta al pueblo, la podemos hacer por la vertiente opuesta. Desde el alto distinguiremos perfectamente el cortafuegos y a su izquierda el cruce de carreteras que nos llevará a la derecha a Albarracín, de frente a Dornaque, a la izquierda a Bezas por El Morrón, y por el pie de Sierra Carbonera, a Gea.

Desandamos hasta el Vago la Ventana y por el arrastradero de pinos descendemos hasta Los Casetos del Prao de Pesebres, antiguas casas de los resineros hasta tomar el carril del Morrón, el cual seguiremos hasta el pueblo. En el descenso, vemos a lo lejos Los Llanos donde el pino rodeno ha dado paso al sabinar. En un humedal de la cuneta a medio camino, tal vez podamos encontrar agua en la antigua fuente de Las Sabinas negrales; la ladera izquierda, El Escorial que llega ya a los Callejones. La piedra de enfrente es el Alto el Cortao, llevándonos el carril que allí nace hasta El Collao de la Balsilla, pasando por Los Cerraos de Calixto y llegando a la pieza El Cociero -un hombre que hacía cocios para hacer la colada, blanquear la ropa-. Nos volvemos a encontrar con las Fuentecillas y la derecha, El Alto la Ceja, las antiguas cerradas del Tio Tiburcio y de José El Tuerto; la vertiente da al Collao del Molino.

Bajamos la cuesta de Covatorres y tenemos ya en frente los pajares, al fondo el Cementerio nuevo; entramos al pueblo por El Barranco.

Paraje al que los vecinos del lugar bajamos esporádicamente. Dos suelen ser los motivos; El paisaje de monte bajo, su impresionante sabinar, unas estupendas perspectivas de las estribaciones de la Sierra de Albarracín con «El Alto la Mata» al frente, para terminar en la garganta del río Guadalaviar, y «Los Chermanetes», montículos gemelos casi pelados en donde se pueden encontrar gran cantidad de fósiles marinos del período jurásico.

Si bien el recorrido no reviste ninguna dificultad, la ruta es muy larga y es recomendable hacerla en coche e ir parando para recorrer el paisaje y dar largos paseos. Si decidimos hacerla a pie, se hace a tramos por carretera y sendas; dado que el paraje es abierto y sin apenas resguardo de pinar, es aconsejable hacerlo de mañana. A lo largo del recorrido encontraremos aljibes de los que podremos tomar agua, aunque por precaución debemos llevar la necesaria. La duración será superior a las 4 horas..

Itinerario:

Salimos de Bezas por la plaza hacia el caseto del coche de línea y siguiendo la carretera que nos conduce a Teruel, ascendemos la cuesta del cementerio, dejando éste a la derecha y a la izquierda el regajo Las Trancas y Peña caída. Llegamos a la trinchera (1.200 Km. del pueblo), donde perdemos de vista al mismo. Desde la carretera podemos contemplar los montes de la derecha; La Umbría de los Llanos, más adelante El Alto Pelao y El Pico el Zorro, cerros de triste recuerdo en la guerra civil; también llamados el Cinturón de Hierro.

Giramos a la izquierda tomando el camino bordeado por curiosas rocas calizas esculpidas por mil tormentas con formas sugerentes; no lo dejaremos hasta el Paso el Río. Pasamos por el refugio del Huyelo y a la izquierda, los restos de corrales derruidos.

Nos adentramos en el sabinar, pasamos el vallejo todavía cultivado de trigo, donde han quedado algunos buenos ejemplares de sabina cercados con un intercambio de color espectacular. Alcanzamos a ver a la izquierda El Majadal de los Carneros y a la derecha El Alto Pascual. El camino que sale a nuestra diestra nos lleva al aljibe y los corrales de los llanos.

Más adelante, en la bifurcación en forma de «Y» tomamos la de la izquierda, la otra nos llevaría al Barranco el Turco, lugar cultivado de ricas viñas años atrás, donde vemos los restos de un caseto resguardo de labradores, La Cañada el Cerrillo, desde donde se divisan Los Corrales del Alto, Solanillas y Cañizo Aguan hasta El Molinazo, antiguo molino de harina donde los del pueblo iban a moler, situado en el término de Caudé, en la actualidad inundado por El Pantano del Arquillo, al que podemos acceder desde San Blas.

Durante el recorrido nos acompañan las estribaciones de la Sierra de Albarracín con El Alto la Mata como encumbramiento más alto y Peña la Cruz un poco más escorada. Cruzamos El Barranco el Turco y llegamos a La Solana de las Negraleras. Seguimos, dejando La Loma del Carrascal a la izquierda y El Alto de Cabezaroca a la derecha. En la cañada podemos ver de nuevo sembrados de cereales con preciosas sabinas rompiendo el amarillo de las espigas.

Llegamos al aljibe de Cabezaroca, a la derecha dejamos El Collao de la Cruz de Pata seca, ascendemos suavemente a Lomarrasa para posteriormente ir ya descendiendo hacia El Paso el Río, donde se nos ofrece una muy buena panorámica; alcanzamos a ver la estación de Cella y su polígono, Caudé y Teruel; a lo lejos, Peña Palomera.

Pasamos el medio derruido Corral de la Covatilla y enfilamos hacia Los Chermanetes que tenemos en frente; en su caída norte la garganta del Guadalaviar hasta donde llegaban los campos de cultivo de los de Bezas, Vadera de Arriba y de Abajo, aunque ya dentro del término de la Comunidad.

Hemos recorrido un buen trecho y nos queda el camino de vuelta que haremos desandando nuestros pasos, o abocándonos hacia Las Ramblas, por las viñas de la Loma del Gayubar.

Lugar del Rodeno, cuya antigua Casa Forestal se ha rehabilitado como “Centro de Interpretación de la Naturaleza de los Pinares del Rodeno”. Es un singular valle, al que accedemos después de haber pasado parajes de gran belleza como son los conglomerados de Las Tajadas. Acondicionado como merendero, las romerías desde los pueblos cercanos y la capital se suceden a éste enclave, donde podemos disfrutar de un espléndido día, su nacimiento de agua es la fuente que da nombre al lugar «Fuente Buena «. Un esfuerzo final nos lleva al paraje idílico de La Nava.

El recorrido no reviste ninguna dificultad, se hace a tramos por carretera comarcal, caminos forestales y senda. La abundancia de agua hace que podamos despreocuparnos de la misma. La duración será de unas 4 horas.

Itinerario:

Salimos de Bezas por el barrio de arriba dirección El Toril, dejando el antiguo molino de harina ( Hostería Las Majadillas ) a la derecha, a la izquierda los campos de cultivo Las Suertes, El Toconar y El Bricial al fondo. Alcanzamos la primera curva de la carretera con el recuerdo del antiguo cargue de cubas; a la derecha Las Majadillas. En los campos de cultivo abancalados en escalera puede verse la ubicación de una placa recuerdo del aviador alemán de la Legión Condor » Ludwig Florzack «caído durante la guerra civil.

A un kilómetro del pueblo La Peña el Agujero y el puente de las minas, el camino de la derecha nos lleva a la ruta de Las Tajadas siguiendo el cauce del río. Siguiendo la carretera, encontramos las antiguas minas de hierro conocidas como «Las Minas» situadas debajo de Las Peñas de la Fuente; podemos ver los restos de la actividad, galerías y trabajos a cielo abierto, las tolvas y el lavadero del hierro. Por el carril de detrás de las edificaciones, en la vertiente izquierda tenemos el nacimiento de la fuente que suministra agua al pueblo y da nombre al lugar Rincón de la Fuente.

Retomamos la carretera, El Cerro los Cabos a la derecha y El Juncarillo a la izquierda donde los lugares de cultivo fueron deshechos por las explotaciones mineras. En la hondonada podemos contemplar El Regajo y el muro de La Balsa del Molino, en frente, el monte de pino rodeno La Solana del Cortao.

Un desvío a la izquierda nos lleva a la ruta de Peña la Cruz. Carretera adelante tenemos a la derecha la senda de las Pinturas Rupestres, bajando por el camino de La Sendilla. La panorámica desde la carretera de las grandiosas formaciones pétreas de arenisca de Las Tajadas, donde se agarra el pino rodeno haciendo verdaderos equilibrios, es impresionante.

Llegamos a La Hita, explanada donde hay un corral medio derruido. El lugar toma el nombre del mojón que divide La Dehesa del término de Bezas. Cruzando El Puente del Sacejo, nos quedan a la derecha Las Carboneras, continuación de Las Tajadas por el regajo, y a la izquierda Las Cumbres y los Vallejos de la Tejería, donde en tiempos hubo un horno de cocer tejas.

En el cruce Albarracín/Tormón/Toril, donde hubo una casilla de camineros, que fue desmontada para hacer un chalet en Teruel, seguimos recto adentrándonos en Dornaque, a la derecha la antigua “Casa Forestal”, ahora Centro de Interpretación de la Naturaleza de los Pinares del Rodeno. Llegamos a Fuente Buena donde después de aprovisionarnos de agua, seguimos la carretera cruzando “El estrecho” dirección Valdecuenca; a la izquierda la Masía de Dornaque –propiedad privada-, y a la derecha un trecho más arriba, tomamos el desvío que nos sube a La Nava. Sin dejarlo alcanzamos la cima con la masía y unos campos de cultivo verdaderamente sorprendentes.

Volvemos a Fuente Buena y hacemos una incursión hacia Las Fraguas, antiguas casas de los resineros (podemos ir desde la Nava), para ello, cruzaremos por el merendero a una senda que baja hacia la “Casa Forestal”, nos desviamos a la izquierda adentrándonos en el pinar, seguiremos la senda o el camino que nos lleva directamente a las Fraguas y a otro de los nacimientos de agua de los que se alimenta el pueblo.

La vuelta la podemos hacer por la carretera o siguiendo el cauce del Regajo; Carboneras, Tajadas, Balsa del Molino y Bezas, recorrido que entraña una mayor dificultad pero con parajes de gran belleza.

Este itinerario es tal vez el más emblemático del pueblo. Nos permite conocer la Laguna de Bezas que, junto con la de Rubiales son ecosistemas de gran interés ecológico y paisajístico. La panorámica que se nos ofrece del pueblo y sus alrededores desde el alto el Toconar así como el variado bosque son sobrados motivos para hacer imprescindible este recorrido.

Deberemos llevar agua y guardar el máximo cuidado con el monte, evitando cualquier tipo de fuego, la mayor parte del recorrido se hace por el pinar de rodeno. La duración estimada es de 2 h. 15´, sin dificultad alguna, con un máximo desnivel de 240 metros. Estupendo recorrido para hacerlo a pie.

Itinerario:

Saliendo por el Barrio de Arriba, seguiremos las señales propias de este recorrido o las blanquirrojas del itinerario del GR-10.

Partimos de la fuente y abrevadero para tomar el camino que desciende hasta el regajo donde después de pasar por debajo del puente encontramos un tablero de información de los recorridos “GR-10” y “PR” de la zona; enfrente El Toconar.

Cruzando el arroyo en el lugar ocupado por el antiguo Puente de Tabla, El Pozo Salao, giramos a la izquierda; a la derecha nos conduciría al Barranco la Roya donde hay una monumental sabina Sabina Gorda de gratos recuerdos para los pequeños ahora mayores del lugar por los juegos desarrollados en ella y sus inmediaciones. El Barranco la Sierra, El Bricial y El Alto la Fuente. al fondo.

El camino sigue por La Rambla de La Laguna para ir ascendiendo por el camino del Toconar, entre tierras de labor, la mayor parte de ellas en proceso de recolonización por el monte bajo. En la vertiente opuesta de la Rambla de la Laguna está el camino de Las Casillas, posible motivo de otro recorrido.

Al fondo quedan las piezas del Barranco La Laguna donde no hace tantos años se podían ver unas impresionantes nogueras.

Serpenteando la empinada cuesta vamos contemplando el panorama del pueblo cada vez más espectacular con Sierra Carbonera y el Cerro los Cepos al fondo. En este punto ya las piezas de labor abancaladas por antiguos «paretones» de piedras van desapareciendo, el espliego, enebros, salvia, gamones, jedrea, tomillo, aliagas, rebollos, sabinas y pudias han acaparado el suelo. Alcanzamos el Alto el Toconar y nos adentramos en La Huyela con las estribaciones del Bricial a la derecha, el Barranco la Huyela y el Alto de la Laguna al fondo. El rebollo y la encina dan paso al pino rodeno y su incondicional corte de estepas y brezo.

Ya en pleno pinar, en una pequeña elevación en el recorrido, sale un camino a la izquierda que nos llevaría a los corrales de La Pasadilla; en la ladera de la derecha se encuentra La Cueva de la Tía Curra, de triste recuerdo pues sirvió de refugio para algunas familias del pueblo en la pasada guerra civil.

Descendemos hacia la Rambla de la Pasadilla, a la izquierda el Vallejo de la pieza La Cresta. Un carril que nace a la derecha llega al camino del Saltillo.

Cruzando la Rambla de la Pasadilla que al llegar al pueblo se llamará el Barranco la Laguna. Subimos hacia el Collao de la Laguna donde el pino rodeno, castigado con las incisiones que dejara el resinado, y la estepa da paso a la Sabina albar, algunas de ellas impresionantes ejemplares centenarios, en la depresión se encuentra “La Laguna de Bezas o del Infante”, la oscilación en su nivel de agua nos refleja la variación climática de la sierra.

Un carril a la izquierda nos lleva a La Loma y El Hoyo donde un corral se ha habilitado para vivienda y desde donde a través del Corral de los Gabrieles salimos a La Toconosa encontrando un aljibe, si seguimos llegaremos al Mojón Blanco donde está el antiguo repetidor de la televisión, desde ahí de bajada llegaremos a la carretera de Teruel; Bezas a un kilómetro. De frente tenemos las casas de La Laguna, siguiendo el carril llegamos a la carretera de Tormón. El Alto de La Laguna y Peña la Cruz a la derecha. Es un paraje idílico donde podemos encontrar tordejas, patos, garzas y cigüeñas; liebres, jabalís o ciervos; el Champiñón de los prados “Agaricus Arvensis”, corros de brujas “Marasmius Oreades” el Mizclo o rebollón “Lactarius Deliciosus” el inquietante “Clitocybe Cándida” o el estupendo “Pleurotus Eryngii”.

El camino de vuelta lo hacemos por El Saltillo; tomamos el camino de la derecha volviendo a cruzar la rambla de la Pasadilla; el barranco de Los Vayerbosos y el Barranco La Mora son las primeras depresiones que encontramos en nuestro camino a la izquierda. A éste último se adentra un carril que nos lleva a la caseta donde se hiciera La Prueba; cuando dejó de resinarse con el sistema tradicional de arranque de viruta, se intentó hacer por medio de ácido, pero el sistema no prosperó, desapareciendo así el oficio de más arraigo en el pueblo.

Llegamos al Saltillo, donde el barranco crea una pequeña cascada, la cuarcita paleozoica hace su aparición encaramándose hasta la cima de la montaña, a la derecha El Calvillón con idéntica morfología.

Avanzamos hasta El Rodeno donde los majadales y un antiguo caseto nos hablan de tiempos pasados, Las Cumbres al fondo. A través de las rocas de arenisca en forma de barrera natural, podemos ascender hasta Peña la Cruz por el Collao del Portillo.

Tomaremos el carril a la derecha hasta llegar al cruce del Corral Quemao, a la izquierda Peña la Cruz, de frente Dornaque y Fuente Buena. Giramos a la derecha hasta alcanzar la carretera que nos conduce a Bezas. Siguiendo ésta o descendiendo al cauce del regajo, nos dejamos llevar por el fluir del agua alcanzando la cascada de la Balsa del Molino hasta llegar al pueblo.

Es este un pequeño recorrido sin dificultades, que podremos hacer en no más de una hora u hora y media, si queremos ir deleitándonos del paisaje. Vamos a tomar un terreno desprotegido de pinar por lo que interesa no hacerlo en horas de máximo calor, aunque no es necesario llevar agua pues el itinerario es corto.

Coincidente en buena parte con el de Los Callejones, podemos hacer los dos a la vez si disponemos de tiempo, tomando para ello a la vuelta, en el cruce de caminos, el que ahora nos sale a la derecha y se adentra en el pinar. Otra posibilidad es, realizar la vuelta ascendiendo por el cauce del río donde a través de senda o campos sin excesiva dificultad, alcanzaremos el pueblo.

Espléndido recorrido para al caer de la tarde relajarnos paseando y charlando en buena compañía.

Itinerario:

Se parte del Barrio de Abajo, cruzando El Barranco y ascendiendo por la ladera de la Solana de la Fuente de Abajo, entre tierras de labor abancaladas, en su mayor parte en proceso de recolonización por el monte bajo; tomillo, ajedrea, salvia y chaparras (sabinas rastreras), son algunos de los inquilinos que la pueblan. La vieja depuradora al fondo; en lo alto, La Ceja, y en la vertiente opuesta del Regajo, El Cerretillo. En la hondonada, los huertos del Almagrero y La Salobreja, en las inmediaciones del monte de rodeno, son sin embargo las sabinas albares o vera (Juníperos thurifera), la que impera en el contorno, de talla mediana con claras formas cónicas y frondosas.

Llegamos al Alto Las Cerradas desde donde vemos los huertos de Peña Caída, a continuación, La cueva del Tio Civilico, Los Cerros, El Barranco la Calera y El Mojón Blanco.

En el carril que baja a las Ramblas por la ladera del Muro, desde la carretera que conduce a Teruel y que nace unas decenas de metros pasado el Cementerio Nuevo, encontramos La Peña de los Murciélagos. Este es el camino de retorno desde donde tendremos una visión panorámica de todo el itinerario con el pinar de rodeno al fondo.

En el inicio de esta cuesta tenemos ya los huertos de Las Ramblas, donde nace El Vallejo de Las Enegüillas Ondas y el puntal del mismo nombre.

Llegados pues ya al cruce donde encontramos el mojón de La Dehesa de Bezas y el Término, a la izquierda tenemos la entrada hacia Los Callejones; seguimos de frente dejando las piezas de cultivo a la izquierda, con el río y la tapia de piedra de los bancales a nuestros flancos, hasta encontrarnos de lleno con los corrales de las Ramblas, en uso todavía gracias a la actividad ovina que aún perdura y un amplio espacio abierto, que viera no hace tantos años a los mozos del pueblo correr detrás de una pelota, pues allí se hizo el campo de fútbol. A la derecha sale el camino que asciende hacia La Loma El Gayubar y El Puntal de las Ramblas.

Los Puntalicos a la izquierda y Peña Roya a la derecha, hacia donde sube la senda de Cuesta Mala al Barranco La Madera (lugar donde iban a cortar los «timones» de sabina para labrar), termina la senda en las Salegas de La Huesa.

Detrás de los corrales, por el vallejo, llegamos a Los Cerraos de los Pastores, antiguamente se cultivaba trigo.

Ya se combinan el sabinar con el rodeno entre bloques de piedra y montículos. Después de un merecido descanso tomaremos el camino de vuelta.

Auténtico paisaje de Rodeno al igual que Los Callejones, pero aquí nos encontramos ante un lugar “Sagrado”, donde debemos extremar las precauciones, allí tenemos nuestros orígenes y debemos conservarlo tal y como lo hemos heredado de nuestros abuelos.

Podemos saciarnos de la belleza que cada uno de los rincones esconde y recrearnos en el entorno subiendo a la Tajada Bajera, Tajada Enmedio y Peña del Hierro. Las vistas panorámicas impresionantes se unen a los vestigios de sus antiguos moradores.

Con una distancia de dos kilómetros, la duración será de tres horas, siendo las únicas dificultades a destacar, la falta de senderos claros y las ascensiones a las diferentes peñas de las Tajadas. Resulta aconsejable llevar agua, pues el regajo en ocasiones está seco, evitar cualquier tipo de fuego. Al igual que en Los Callejones, es difícil extraviarse, pero si ocurre, bastará con subirse a lo alto de cualquiera de las grandes Tajadas para situar perfectamente el río y la carretera, puntos esenciales de referencia.

Itinerario:

Partiremos del Hortal hacia el molino para tomar la carretera que nos llevaría a Fuente Buena. Seguiremos por ella hasta el puente que cruza el regajo en las minas, pudiendo ver los restos que quedan de dicha actividad. Tomaremos el desvío y si el recorrido lo hacemos en otoño, quedaremos maravillados del colorido de la chopera que nos acompañará buena parte del camino; remontaremos el río pasando por el molino viejo y el prado de la balsa del molino. Cambiamos a la vertiente izquierda del cauce y por el Barranco Las Canales, sin demasiadas dificultades alcanzaremos Las Tajadas; de seguir, llegaríamos a Las Carboneras, Dornaque y Las Fraguas, antiguas casas de los resineros y nacimiento del Regajo donde se toma también parte del agua que se consume en Bezas; éste bien podría ser otro recorrido, pero el tiempo empleado en el mismo sería de seis horas.

Ya en Las Tajadas, hay indicadores en los senderos hacia las pinturas rupestres. Se sube a Tajada Bajera por los primeros huertos de la base del peñasco, mano izquierda; en la parte superior vemos la tumba prehistórica. Podemos bajar por la cara norte por el huerto de El Toril, principal yacimiento arqueológico, aunque con dificultad. Lo mejor es volver sobre nuestros pasos. Al pie de la peña vemos las pinturas rupestres y siguiendo por el sendero llegamos a las de la Paridera. Pegados a la cornisa seguimos adelante por Cueva Morena hasta la Balsilla; dirección norte encontraremos una senda que a la izquierda nos llevará a los Cerrados de Calixto, un rincón bellísimo. Volvemos al huerto de la Balsilla, y subimos por la estrecha grieta de la piedra, único sitio por donde se puede subir a La Peña del Hierro sin llegar a escalar.

El regreso es fácil, podemos volver regajo abajo o alcanzar la Sendilla cruzando el río y ascendiendo hasta la carretera. Por ella, sin dificultades, pues es muy poco transitada, bajar al pueblo.

En este paseo podemos conocer uno de los paisajes más extraordinarios en belleza y singularidad del término de Bezas. Unido a los pinares protegidos de Rodeno, junto a las Tajadas, es un “Parque Natural” a las mismas puertas del pueblo. La contemplación de sus grandes peñascos de rodeno, profusión de piedras rodadas, paredes de huertos -casi todos yermos-; huellas de antiguas fundiciones de hierro; bosques, sotobosques, fauna y flora en las frescas mañanas de verano, las brumosas tardes de otoño y las verdes primaveras; cautiva los sentidos.

El itinerario característico de los Callejones, se hace saliendo por la parte norte del pueblo, las eras y el cementerio viejo para volcarse hacia la hondonada, recorrer ésta y volver por el mismo camino; es una pequeña incursión al monte del rodeno que la podemos hacer en una hora.

Otro itinerario para esta zona es el coincidente -en parte-, con el de las Ramblas; duración, dos horas y sin dificultades a destacar, si no se quiere escalar alguna de las grandes rocas de rodeno, en concreto la conocida como la Peña de los Leones Pelaos. Resulta aconsejable llevar agua si queremos tomarnos el paseo con tranquilidad, evitar cualquier tipo de fuego. Dada la cercanía del pueblo es difícil extraviarse, pero si esto ocurre, bastará subirse a lo alto de algún peñasco para ver el Cementerio Viejo y orientarse.

Itinerario:

Si partimos de la Plaza o del Hortal, ascenderemos hacia la iglesia y últimas casas del pueblo, donde éstas se entrelazan con las primeras eras.

Sin dejar el camino y con el cementerio viejo en el horizonte, iremos ascendiendo cruzando el carril que por El Morrón nos lleva hacia Albarracín y Gea.

Alcanzado el cementerio, restaurado recientemente, contemplamos una de las visiones más hermosas del Rodeno; formas caprichosamente labradas por edades pasadas que han dejado en las rocas improntas de miles de años, mezcladas con el pino rodeno resinado que parece querer adueñarse de cada uno de sus rincones. Aquí y allá podemos ver formas rocosas, grandes peñas con inmensos pinos en sus cimas, campos de cultivo abancalados casi vueltos a su estado primigenio y un sinfín de rutas para descubrir rincones insospechados. El olor a monte y el sonido cadencioso del viento junto con el de algún animal que rompa el silencio, es el mejor de los compañeros.

Si queremos tomar la ruta más larga, partiremos del Barrio de Abajo camino de Las Ramblas; ascenderemos entre tierras de labor, en su mayor parte en proceso de recolonización por el monte, desde donde tendremos una buena vista del pueblo. Ya en el descenso, llegamos hasta el cruce, a la derecha nos conduciría a la carretera de Teruel. Tomamos el opuesto introduciéndonos en el pinar, dejando los huertos del Tio Joto. A la izquierda podemos salir arriba a las Eneguillas Ondas. Entre formaciones pétreas de rodeno con curiosas formas a ambos lados del carril y pinos resinados en equilibrio vemos la Umbría de la Ceja, a la derecha sale la senda de la Hoya Nigo. En este punto, cortamos por las piezas del Arenal, del tio Vicentón y Domingo -aún en labor-, pasando éstas, hasta el Barranco los Lobos; aunque el paraje invita a seguir, dejémoslo para otro día; esa ruta es mucho más larga. Volvemos sobre nuestros pasos hasta encontrar la vieja senda que nos conducirá al Collado del Arenal y La Corellana, donde también encontramos fincas de labor y chopos. Podremos contemplar y ascender a las grandes peñas de rodeno si lo deseamos, ver los centenarios pinos resinados, recuerdo de una extinguida práctica que diera vida al pueblo; La resina. Subiremos serpenteando por el camino empedrado, dejando a sus lados viejas extracciones de arena usada para fregar y viendo en el horizonte la visera de La Ceja; el viejo cementerio y Covatorres nos mostrarán el pueblo a sus pies.

Conocida por los antiguos como «Peña Botadera», es un curioso y extraordinario peñasco de rodeno coronado por una gran cruz. Junto con el de Sierra Carbonera es el recorrido que tiene las vistas más impresionantes de Bezas y sus alrededores. Visita obligada para todos aquellos que deseen conocer la sierra; escuche y mire, es fácil ver alguna ardilla, águilas, pajarillos, jabalíes o ciervos.

El recorrido no reviste ninguna dificultad, a excepción del ascenso continuado hasta nuestro objetivo; unos 375 m. de altitud con respecto a Bezas. Se hace por carretera, caminos forestales y un pequeño tramo por senda; Todo el recorrido está inmerso en los pinares de Rodeno, evitar todo tipo de fuego, y llevar agua. La duración será de unas 4 horas. Puede hacerse en vehículo.

Itinerario:

Salimos de Bezas hacia Dornaque, desviándonos a la izquierda a kilómetro y medio aproximadamente dirección Rubiales/Tormón. Cruzamos el Puente del Valdermoso, por el que en épocas de lluvia bajarán las aguas del Barranco los Segadores, dejando la depresión de El Juncarillo normalmente llena de agua y con algún pato u otro animal por las inmediaciones. Seguimos el carril hasta la bifurcación del Corral Quemao.

Seguimos ascendiendo por el carril de frente, el de la derecha nos llevaría a Dornaque y el de la izquierda a Tormón y Rubiales, la Umbría de las Cumbres a la izquierda y a la diestra en la lejanía, Sierra Carbonera con Las Tajadas en el fondo de la hondonada. Poco antes de coronar la cima, nace un camino que desciende bruscamente a la izquierda El Portillo por el que podemos hacer el regreso. En el cruce del camino, podemos ver uno de los muchos nidos de ametralladoras que quedan en la zona; vestigios de la pasada guerra civil que tendría en estos montes un dramatismo intenso. Por el camino siempre ascendiendo y sin dejarlo llegaremos al pie de la Peña, donde seguimos encontrando refugios y trincheras. En la vertiente de Peña la Cruz tenemos La Fuente de la Artesa, de difícil localización y probablemente sin agua.

Coronamos el alto del «risco» por las escaleras labradas en la roca; en lo alto tenemos una de las mejores vistas de toda la comarca. Esta visión bien vale el recorrido. Con la mayor altitud del entorno 1538 metros distinguimos varios pueblos, la Laguna de Bezas y un impresionante pinar rodeno que nos envuelve.

El descenso lo hacemos por El Portillo hasta el camino forestal, a la izquierda conduce al Corral Quemao, a la derecha podemos ir a los pueblos de los alrededores, Tormón, Rubiales y Libros entre otros, excursiones estas que se plantearán en los itinerarios de largo recorrido.

Avanzamos por la ladera, dejando atrás las Cuevas del Rodeno bajo la pared natural de grandes peñas. Tomamos la bifurcación de la derecha, el Monte Zapatero al otro lado del Barranco los Segadores. La estribación del Zapatero es El Puntalico la Bartola donde el pinar de rodeno es sustituido por la carrasca y rebollo en su mayoría. Salimos al Valdermoso y siguiendo la carretera volveremos a Bezas.

Excursión o paseo matinal bellísimo desde el que podemos contemplar y plasmar si lo deseamos unas estupendas panorámicas del pueblo y su entorno.

Es recomendable hacerlo caminando, no obstante se puede hacer sin dificultad en vehículo, el carril está en perfectas condiciones. Zona de gran riqueza micológica en la que además del conocido rebollón «Láctarius Deliciosus», podemos encontrar ejemplares de porro, «Boletus Edulis».

El principio y final del recorrido es coincidente con el de Peña la Cruz. Podemos hacerlo en dos horas almorzando en el Alto El Calvillón contemplando las maravillosas vistas.

Itinerario:

Salimos de Bezas por el «Barrio de Arriba», dirección El Toril, tomamos el desvío de Rubiales/Tormón que nos encontramos a kilómetro y medio del pueblo. Cruzamos el Puente del Valdermoso y tomamos el desvío que nos sale a la izquierda, al lado de la gran depresión dejada por las excavaciones mineras, El Juncarillo , normalmente llena de agua y con algún pato u otro animal por las inmediaciones.

Nos adentramos por el carril que nos lleva al Alto la Fuente, donde entre rebollos y pinos acompañados de monte bajo, veremos al fondo el pueblo y al otro lado del Barranco La Sierra, El Bricial, una magnífica vista.

Seguimos ascendiendo ladera arriba mejorando a cada paso la panorámica que tenemos de Bezas y sus alrededores; el pinar del Rodeno y el sabinar de Los Llanos.

El carril nos adentra en Las Calvillas, donde afloran formaciones pétreas de cuarcita de gran belleza, vemos al fondo Peña la Cruz. Llegamos al Collao de la Tomasa y El Calvillón. Empezamos a descender, el estepar alcanza un importante protagonismo. Enfrente divisamos La Umbría de las Cumbres, distinguiendo La Peña la Magra y La Peña el Azarollo; por el pie de la ladera pasa el camino forestal que tomaremos.

Dejamos el corral derruido y el carril de la izquierda que nos conduciría hacia El Saltillo teniendo como final La Laguna de Bezas. Alcanzamos el camino forestal que tomaremos a la derecha hasta el cruce del Corral Quemao; el carril de la izquierda, nos llevaría a Peña la Cruz, de frente a Dornaque y Fuente Buena. Tomamos el desvío de la derecha dejando atrás el corral. El Monte Zapatero al otro lado del Barranco los Segadores, zona ésta donde su antigüedad alcanza al período paleozoico y en la cual se ha encontrado uno de los fósiles más característicos del período; el Trilobites.

La estribación del Zapatero es El Puntalico la Bartola donde el pinar de rodeno es sustituido por la carrasca y rebollo en su mayoría.

Salimos al Valdermoso y siguiendo la carretera volveremos a Bezas.

Para todos aquellos amantes de la naturaleza y de grandes paseos por el monte, les planteamos el reto de este recorrido compendio de otros tres; el de las Ramblas, los Callejones y Sierra Carbonera.

El recorrido en sí, no entraña otra dificultad que no sea la del tiempo que nos va a llevar realizarlo; de 4 a 5 horas. Todo el itinerario trascurre por caminos forestales, por ello, es muy difícil extraviarse. Vamos a contemplar el corazón del monte del Rodeno y una multitud de vistas interesantes además de la flora y fauna del lugar.

Al igual que en el resto de itinerarios, iremos mencionando los rincones por los que pasamos o divisamos, con el fin de tener una memoria histórica de los nombres autóctonos del lugar, ya que raramente aparece alguno de ellos en las cartografías.

Dado el tipo de recorrido, es conveniente realizar el mismo de mañana pues tenemos muchas horas por delante, y aunque vamos a ir por pistas forestales, no interesa tomarlo hacia el medio día con la fuerza del sol, ni al caer de la tarde. Debemos ir provistos de agua y algún tipo de nutriente, -un buen almuerzo de jamón serrano y pan de Bezas, sería el complemento ideal-.

Este itinerario se puede hacer también en vehículo.

Itinerario:

Partimos de Bezas por el lavadero, ascendiendo por la Solana de la Fuente de Abajo hasta alcanzar el Alto las Cerradas, para descender después hasta llegar a la encrucijada del camino donde un mojón nos señala la división del término y la Dehesa de Bezas; las rutas de Las Ramblas y Los Callejones se separan. Tomamos la izquierda adentrándonos en el monte de rodeno, pues hasta este momento, ha sido el monte bajo el que nos ha acompañado.

El paisaje cambia, las sabinas negrales y pudias dan paso al pino rodeno y a las grandes formaciones pétreas características de la región; la piedra de rodeno, arenisca rojiza que nos va a acompañar durante todo el recorrido.

Sin dejar el carril que hemos tomado, llegaremos al Prao de Pesebres, enlazando con el carril del Morrón que nos lleva directamente a Bezas.

Dejamos atrás las fincas de labor donde nos desviaríamos en el recorrido de Los Callejones, seguimos el carril ascendiendo hasta llegar al Collao, que junta a la izquierda con el Barranco los Lobos y el Barranco los Quemaos a la derecha -donde los turcazos eran cazados a espera-, sale a las Ramblas; en la curva del carril está la Peña de las Ardillas.

Avanzamos hasta la Peña las Cruces, recuerdo de los pastores que por allí pasaban; todavía las podemos ver labradas en las piedras. A la derecha, la Solana de Juanes, y a la izquierda, la Umbría de la Majarraña. La senda que de ahí parte, a la izquierda, va al collao de Peña Salvas; baja por la Rocha el Estepar pasando por La Majarraña y las colmenas del Tio Eliseo al collao de las Casas de Juan Teresa, la Hoya Nigo y de ahí, sigue hacia Gea; de frente, cruzando el puente, a la Yermosilla.

Ascendiendo hasta la curva, vemos a la izquierda el Cerro los Cepos y a nuestra diestra, el barranco de las colmenas del Tio Miguelo; llegamos al claro del Collao de la Yermosilla desde donde divisamos Peña Roya, a la derecha nace el camino que va a las labores de la Yermosilla.

Cruzando el vallejo, llegamos a la Solana la Cepa, desde donde vemos el Barranco del Rodeno que termina en las colmenas del Tio Herrero.

Estamos paseándonos por las Dehesas Nuevas de Bezas, curiosamente propiedad de Albarracín, pues fueron «vendidas» por el Ayuntamiento de Bezas. El carril, todo él está en muy buenas condiciones para ir a pie o en vehículo. Sin dejar el imponente paseo llegaremos al Collao de Los Morteruelos, a la diestra sale una senda que va a las Rabitas -llevaba a Cella-.

Descendemos hacia el Barranco las Meneras donde podemos ver una antigua galería minera, fue explotada, mucho antes de la guerra. Buen sitio para guardar el agua en aquellos días en que todo este monte se picaba para la extracción de resina; éste en concreto, fue Cecilio, vecino de Bezas el que lo picó durante muchas campañas.

En el recodo del camino nos encontramos de frente con el cerro de Sierra Carbonera, el Alto la Mata; divisamos la torre de incendios en la cima, que elevará a ésta en 27 metros más, con lo que la vista es espléndida. El cortafuegos separa el término de Gea con las Dehesas Nuevas de Bezas. A la derecha, a la otra parte del barranco, vemos lo que queda de la casa Juan Teresa.

En el recodo, podemos aún distinguir el antiguo carril por donde se sacaban las cubas de la resina, los dos siguientes a la izquierda, el primero conduce a la Rocha el Estepar y el segundo un poco más adelante, al Collao de Peñas Salvas, y de ahí, al barranco de la Majarraña.

En la vertiente derecha vemos la Solana Navarro desde la casa Juan Teresa al Collao de las Trincheras, con Sierra Carbonera al fondo.

Sin dejar de andar, vemos el caseto del Collao de Hoya Martínez, uno de los pocos que encontramos restaurado, de ahí sale el carril que baja a las Corralizas las Cabras -de Gea-; el Alto la Chavasca a la izquierda y las Clafizas del Vago la Ventana a la diestra.

Ascendemos viendo el puntal del Morrón, por su falda va el carril que nos llevará al pueblo de vuelta; a su derecha, el puntal de la Peña el Cuervo.

Llegamos a lo alto del claro del Collao el Prao, de frente tenemos el cortafuegos con el carril que baja a los Cerraos de Calixto, el Barranco Losar y la Cerrada del Tio Gaspar. Podemos ir hasta Albarracín y Gea -derecha-, pero mejor giramos a la izquierda para dirigirnos hacia el pueblo, todavía tenemos una media hora de camino coincidente con el de Sierra Carbonera. Detrás dejamos el Alto la Mata, el alto la Chabasca, el Cerro los Cepos y el Alto la Solana.

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